31.8.08

El tren de la vida



El Tren de la Vida
La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra.
Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No obstante, esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales.
Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros maravillosos amores.
De las personas que toman este tren, habrá los que lo hagan como un simple paseo, otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje, y habrá otros que circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son tan queridos se acomodan en vagones distintos al nuestro.
Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos.
Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos, pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento.
No importa, el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos.
Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.
Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo que tengan de mejor.
Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia.
Creo que sí.
Separarme de algunos amigos de los que me hice en el viaje será dolorido.
Dejar a que mis hijos sigan solitos, será muy triste. Pero me afierro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valiosa.Hagamos con que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena. Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan.
Ahora que ya morí: Que sucede? no entiendo, solo sentí un dolor fuerte en la cabeza,mareos... y ahora estoy tan confundido. Que pasa? porque mi esposa corre y llora ?Dicen que morí, pero no, estoy aquí pero ellos no me ven y no puedo abrazarlos.
Oh ya veo, están trasladando a alguien en una carroza fúnebre, soy yo mismo, que extraño.
-Veo a mi familia con gran dolor, todos lloran, pero yo solo veo, ya no siento dolor ni tristeza, es como ser un espectador.
Pasan los días, mi familia regresa a casa sin mi, les dejo un gran vacío.
Ya alguien ocupa mi puesto de trabajo, todo vuelve a ser como antes, corren, atienden llamadas, hacen pagos, envían documentos, firman planillas, en fin es como si nunca hubiese faltado yo, que bien, algunos compañeros se acuerdan de mi a ratos y lamentan que ya no este.
Sin embargo en mi familia, el vacío persiste, mi esposa llora, está confundida, no sabe como hacer sin mi, mi hijo pequeño pregunta:Donde esta papa? y mi esposa le dice que en el Cielo, mi hija mayor acaba de comprender dolorosamente lo que es la muerte, no deja de llorar, no quiere ir a clases, no se puede concentrar, tampoco come.
Mi perro se paro en la puerta y de ahí no hay quien lo saque, come, bebe agua y regresa a su puesto de espera.
Pasa el tiempo, mi hijo cumple cuatro años y yo no estoy, el se aferra a su mama, se ha vuelto tímido y retraído, no hay una figura paterna para el, ya papa no esta...
Mi hija ya de 11 años casi no habla, a veces su mama la encuentra llorando, bajó mucho las notas y no muestra interés por nada.Mi querida esposa, con toda la carga sobre sus hombros, la responsabilidad de dos hijos pequeños, tiene que sonreír a los niños para darles fortaleza.
Ya paso un año y todo sigue igual, en casa el vacío, la tristeza,en la empresa donde trabajaba ya nadie me nombra y todo sigue igual sobrela marcha.
-Sabes que dijo el forense? Que morí por stress, en mi cerebro reventó una vena por una subida de tensión que me dio, cuando me llamaron de mi trabajo y me dijeron que de los 10 camiones que solicite solo llegaron 7.
Y todo acabo...
Ahora me doy cuenta que para la empresa que trabajas siempre serás Uno más, completamente reemplazable en cualquier momento, pero que para mi Familia Era único e irreemplazable.
-POR FAVOR DEDÍCATE A LO QUE DE VERDAD ES IMPORTANTE, TODOS NECESITAMOS UN TRABAJO QUE NOS PERMITA CUBRIR NUESTRAS NECESIDADES BÁSICAS, PERO NO TE ENTREGUES A UNA EMPRESA, ENTRÉGATE A TUS SERES QUERIDOS...
ABRAZA A TUS HIJOS, VISITA A TUS PADRES, BESA A TU ESPOSA,LLAMA A TUS AMIGOS, ES A ESTOS SERES A QUIENES DE VERDAD LE HARÁS FALTA CUANDO YA NO ESTÉS...

1 comentario:

Unknown dijo...

Milady
Es una maravilla leer tus blog
Saludos
Éboli